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El texto de la PNL reconoce que «los expertos calculan en 50.000 las muertes que se produicirán en la Unión Europea» y advierte que el amianto «es un potente cancerígeno utilizado en las postrimerías del siglo pasado como aislante en hornos y calefacción, componente de la uralita, tuberías, baquelita, zapatos, frenos, juntas y un largo etcétera, el polvo del cual, en fibras invisibles a simple vista, puede ser inhalado por las personas y entonces causarles la muerte, que acostumbra a suceder quince o treinta años más tarde.

Esta medida se encuentra dentro de las recomendaciones de la Comisión Europea encamindas a evitar que el número de personas afectadas siga creciendo; una vez que la prohibición del uso del amianto en España entró en vigor en 2001, las principales fuentes de exposición se encuentran en los construciones y productos que contienen amianto en algunos de sus elementos, y que requieren algún tipo de trabajo de reparación, mantenimiento o demolición, por ello la mejor manera de prevenir el contacto sin las adecuadas medidas de protección es realizar el inventario de edificios, lugares y productos que contienen amianto.

En la resolución Les Corts  «instan al Consell a la elaboración, en colaboración con todos los ayuntamientos, de un mapa de las instalaciones que contienen amianto, con el fin de garantizar la idoneidad de las tareas de eliminación de este producto, la protección de los trabajadores y trabajadoras y la gestión adecuada de los residuos cancerígenos. Este plan vendrá acompañado de una campaña informativa especialmente dirigida a trabajadores especializados.»

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