María Roselli. 2.010 Ediciones del Genal
En los últimos años, el amianto ha saltado a los titulares: los periódicos hablan de edificios públicos y privados que se degradan y se convierten en un peligro para sus usuarios; de profesores contaminados por las fibras de amianto al haber sido respiradas en sus centros de trabajo, y de sentencias judiciales como la dictada recientemente en España contra Uralita, que intentan reparar el daño sufrido por los trabajadores y trabajadoras de la tóxica industria del amianto. Pero no se trata de un asunto nuevo.
El amianto, al igual que otros materiales y productos «milagro» utilizados y transformados por medio de procesos tecnológicos industriales (PCB, dioxina, cianuro, etc.), es tóxico para el medio ambiente y cancerígeno para las personas. El amianto es sinónimo de muerte más que de «eternidad», por mucho que el inventor del amianto-cemento registrase su patente bajo el nombre
Este libro da la palabra a algunas de estas personas y a sus familias, desde Europa hasta el África austral, cuyas voces relatan un descenso a los infiernos de la mano del deterioro de la salud y de la negativa de las empresas y los poderes públicos a asumir sus responsabilidades en dicho deterioro. . . Este libro también cuenta la historia de la explotación industrial sin escrúpulos del amianto en Europa y en el resto del mundo, desde los comienzos de su transformación por parte de empresas como Eternit en Suiza, pasando por el empleo de trabajadoras y trabajadores forzados del que se nutrió la firma alemana DAZAG durante el régimen nazi, hasta llegar a la prohibición del amianto que se declaró en ciertos países en los años 1970-1980, más de treinta años después de quedar demostrado su potencial mortífero. . . El escándalo continúa en la actualidad: las empresas se niegan a asumir responsabilidades retroactivas, externalizando así los costes del desastre a la sociedad en su conjunto; los poderes políticos y públicos evitan ofrecer indemnizaciones colectivas y burocratizan las denuncias y acciones legales individuales emprendidas por las víctimas; los poderes públicos, además, privatizan la gestión de los riesgos medioambientales, surgiendo así un nuevo negocio privado: el del desamiantado, es decir, la limpieza y reforma de los edificios donde está presente el amianto; y finalmente, en países como Canadá, Rusia y Ucrania, numerosas empresas siguen explotando el amianto con la bendición de sus gobernantes, que se oponen a la prohibición internacional de este material letal.. .
Maria Roselli, nacida en Italia en 1962, realizó sus estudios de letras en la Universidad de Pavía. Desde 1990 vive en Zúrich, y se ha consagrado a la realización de reportajes de investigación y al periodismo free lance. Sus temas predilectos son la economía, las migraciones, la ayuda al desarrollo y la mafia italiana.